Carina Sedevich (Santa Fe, Argentina,
1972). Autora de “La violencia de los nombres” (Fe de Ratas,
Santa Fe, 1998), “Nosotros No” (Lítote, Santa Fe, 2000),
“Cosas dentro de otra cosa” (Lítote, Santa Fe, 2000), "Como
segando un cariño oscuro" (Llanto de Mudo, Córdoba, 2012),
“Incombustible” (Alción, Córdoba, 2013), “Escribió
Dickinson” (Alción, Córdoba, 2014), “Klimt” (Suburbia, Gijón,
España - Club Hem, La Plata, Argentina) y “Gibraltar” (Dínamo
Poético, Córdoba). Parte de su obra ha sido editada en antologías
y publicaciones literarias de diversos países y traducida al
portugués y al mallorquín. Es licenciada en comunicación y
especialista en semiótica.
Canción de cuna
{para Isabella}
Escuché los latidos en el vientre de mi hermana.
Fueron corcheas, apenas: do, do, do.
Afuera ya se dormían los tordos entre los álamos.
Dormía el calor de mayo. Pero nuestra sangre no.
Un silencio rodó lento, como ruedan los destinos.
Rodó como rueda un canto: sol, sol, sol.
{para Isabella}
Escuché los latidos en el vientre de mi hermana.
Fueron corcheas, apenas: do, do, do.
Afuera ya se dormían los tordos entre los álamos.
Dormía el calor de mayo. Pero nuestra sangre no.
Un silencio rodó lento, como ruedan los destinos.
Rodó como rueda un canto: sol, sol, sol.
Amor
De una materia turbia y demorada
son los días.
La ternura es posible
y la tristeza
un pan administrado con justicia.
De “Klimt”|Suburbia
Ediciones, Gijón, España, 2015| Club Hem Editores, La Plata, 2015
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1
Unas láminas de sarro se desprenden
y golpean las paredes de mi jarra.
Pienso en brillantes filamentos de mica
ocultos en la arena de los ríos.
Pienso en las mangas mojadas
que los poetas chinos
prefieren nombrar para no hablar
de sus lágrimas.
2
Luna de otoño: en esta casa
el pasado reposa, sin ofensas.
Como la oscura rama de romero
en el hondo frasco del aceite.
3
La mariposa vuela
en el granizo.
Ocre
bajo la infausta pedrería
de verano.
*
“Ayer estuve delicada
pensando en él
como sobre el ala
de una mariposa.”
*
Cayó el granizo y escribí.
Hay que escribir
cuando no pasa nada.
Unas láminas de sarro se desprenden
y golpean las paredes de mi jarra.
Pienso en brillantes filamentos de mica
ocultos en la arena de los ríos.
Pienso en las mangas mojadas
que los poetas chinos
prefieren nombrar para no hablar
de sus lágrimas.
2
Luna de otoño: en esta casa
el pasado reposa, sin ofensas.
Como la oscura rama de romero
en el hondo frasco del aceite.
3
La mariposa vuela
en el granizo.
Ocre
bajo la infausta pedrería
de verano.
*
“Ayer estuve delicada
pensando en él
como sobre el ala
de una mariposa.”
*
Cayó el granizo y escribí.
Hay que escribir
cuando no pasa nada.
De
“Gibraltar”|Dínamo Poético Editorial, Córdoba, 2015
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