domingo, 15 de febrero de 2015

Carlos Barbarito

Fotografía: María de la Vega, 
Taller de Juan Carlos Romero, 
Buenos Aires, 2013
Carlos Barbarito nació en Pergamino, Argentina, en 1955. Su obra publicada hasta el presente incluye libros de poesía y sobre artes plásticas. En poesía editó, entre otros títulos: Poesía quebrada (1984);Teatro de lirios ( 1985); Éxodos y trenes (1987); Páginas del poeta flaco(1988); Viga bajo el agua (1992); La luz y alguna cosa (1998); Desnuda materia(1999); La orilla desierta ( 2003); Piedra encerrada en piedra ( 2005);Les minutes qui passent (2005); Figuras de ojo y sombras ( 2006); Un fuego bajo un cielo que huye ( 2009); Cenizas del mediodía (2010); Feu sous un ciel en fuite(2010). En cuanto a sus publicaciones referidas a las artes plásticas: Acerca de las vanguardias (1990); Roberto Aizenberg. Diálogos con Carlos Barbarito, (2001). Obtuvo, entre otras distinciones, el Premio Bienal de Crítica Jorge Feinsilber; el Premio Praxis de Poesía, México D.F, 2010 y el Prix Chasseur Abstrait de Poésie, 2010. Sus textos sobre arte y literatura y su obra poética fueron traducidos, en parte, al inglés, al francés, al portugués, al italiano, al griego, al persa, al holandés, al filipino y al turco.



¿ Hay, abajo o arriba, una voluntad..?


¿ Hay, abajo o arriba, una voluntad
capaz de reunir, en un mismo punto,
denso de toda densidad, cuerno y cifra?
En el preciso instante de la hoja seca,
¿ dormita el puño atravesado por la espina
y se nutre el pecho ciego de azafrán y cábala?
No dura el pez en la tierra.
No dura el terrón bajo la lluvia.
No dura la mirada ante la luz que explota.
No duran. Sólo la noche es alta
y el día se disipa en su propia y constante radiación.
En lo oscuro, regurgita, ofrece
de su boca un bolo casi místico,
allí se congregan vestidos y desnudos,
presas de la fiebre, dando gritos.


Digo yo y, de pronto, cruje la madera…


Digo yo y, de pronto, cruje la madera
y se derrumba, envuelta en ocre, la inocencia;
digo yo y, de inmediato, sal en la herida
y el destino como mero filo, ausencia.
Digo yo, y cada palabra pierde su eje,
se disipa entre repetidas, monótonas conversaciones
que dan cabida al vano consuelo
y arrojan, como agua servida, el nudo, la estrella.

2 comentarios:

  1. Muchas gracias por publicar estos poemas. Un gran abrazo!

    ResponderBorrar
  2. Muchas gracias por publicar estos poemas. Un gran abrazo!

    ResponderBorrar